Noche de desmadre.

Me reí.
-Pues nos lo habremos buscado,- bromeé. Notaba que ya estaba dejando lo poco que me quedaba de lucidez a un lado. Bebí otro sorbo de la cerveza.

Reí por su comentario, a la vez que me terminaba el martini.
Apoyé la cabeza en su hombro esperando su reaccion.

Volví a sacar dos cigarrillos ya que los otros los habíamos apagado para ir a bailar. Noté que se apoyaba en mi hombro, y aprovechando su cercanía metí uno de los cigarros en su boca, en broma. -Toma.- Me reí un poco. Agarré el mechero y encendí ambos cigarrillos, llevándome el mío a la boca.

-Gracias -susurré en su oreja a la vez que echaba el humo sensualemte y me mordia los labios.

Eché el humo. Sonreí. -De nada.- susurré. Sin darme cuenta, estábamos tan cerca que al volver la cara, le había dicho eso rozándole los labios. No cambié la posición de todas maneras, estaba completamente ido.

Sin pensarmelo dos vezes me abalancé sobre el y le besé, al final mi plan ahbia funcionado y Doinic habia caido en mis rades.

Al principio estaba sorprendido, y un pequeño atisbo de lucidez sonó en mi cabeza, pero mi cuerpo lo ignoró. Correspondí a su beso -ya traicionando a mis principios simplemente por calmar mis hormonas- de la misma manera.

Enrredé mis dedos en su despeinado pero suave pelo, al ver que correspodia a mi beso. y sonreí levemente al comprobar mi victoria.

Coloqué una mano en su rostro y otra en su nuca, acariciándole el pelo. Mientras tanto, traté de profundizar el beso mientras una vocecilla dentro de mí pedía a gritos que le hiciera caso.

Sus labios eran suaves y tersos. Me apreté mas contra el enrroscando mis brazos en su cuello

Yo seguía actuando en contra de una pequeña parte de mi cerebro. Sonreí cuando se apretó a mí, y me separé unos escasos milímetros para levantarla de su silla y colocarla en mis rodillas, besándola de nuevo, con ansia. La mano que estaba en su cara la coloqué en su pelo, y la que estaba ahí, se deslizó hacia su espalda.

Me colocó encima de el, y puse una pierna a cada lazo, me abrazé a el y le besé apasionadamente, Dominic era increible.

Sabía que me arrepentiría de aquello, pero en ese momento, no. Sentí que ponía sus piernas a cada lado de mí, y continuó besándome. Volví a separar mis labios de los suyos para besarle la mejilla, la mandíbula, y descender hasta el cuello.

Mi punto debil era el cuello, y cuando sus labios lo rozaron, algo en mi interior enloqueció,mis manos recorrieron suavemente su torso, y le bese intensamente rodeandole con mis brazos.

Suerte que por fin pude tomar el control de la situación. Deshice el abrazo y puse mis manos en sus hombros, separándome de ella. -Déjalo, se acabó- murmuré, frunciendo el ceño, desconcertado.

Me aparté de el un poco aturdida, ¿Que habia dicho?
Le Miré con cara de enfado, aun sin creer lo que me esaba diciendo.
-Que pasa?

Enarqué una ceja.
-Mira, esto es una gilipollez.- dije secamente.

-Por que peinsas eso?- Dije un poco molesta, quizas es que no le gustaba

Seguí con la misma expresión.
-No suelo montármelo con la primera que pillo.- Hice una mueca.

-Ya veo ...-Dije molesta mientras pedia otro Martini, - en ese caso, no deberias empezar cosas que no terminaras..Creo qeu deberia irme..
Me bebí el Martini de un trago y me dispusé a levantarme, pero debido al excesod e Martinis volví a sentarme bruscamente, necesitaria una ayudita para salir de alli

Me masajeé las sienes, la cabeza había empezado a dolerme. Fruncí el ceño.
-Pídele ayuda a alguien o no saldrás de aquí.- No pensaba ayudarla, no quería arriesgarme a que volviese a pasar algo. Me levanté, caminando a trompicones.

-Quizas seras tu el que la necesite-Dije enfadada. Me levanté decidida, dispuesta a irme, atraveé la discteca haciendo eses, pero antes de llegar a la puerta mis piernas se doblaron, por suerte encontré una columna a la que agarrarme.

Me apoyé en la pared para no caerme al reírme de la caída de Sun. Me acerqué a ella caminando torpemente, y le tendí la mano.
-Anda, levanta. Llama a tu chófer y que él te lleve a tu gran palacio.- La última frase la dije con ironía, pero, eh, al menos le estaba ofreciendo ayuda.

Le Miré y le sonreí, cogí su mano. -Me está esperando fuera,- Dije torpemente. Me apoyé en el y me dirigí a la salida, Sin dejar de sonreir, quizas por los efectos del alcohol