Hablando con Amanda.

Llamo a la puerta de la habitación de mi hija. Son casi las dos del mediodía. Me gustaría hablar con ella.
Veo que nadie me contesta y llamo más fuerte.

Yo, que estaba tumbada tranquilamente estudiando de Historia, y me molestan... Bueno, será Michael... Sonrío ¿Quién si no?
Mike, ¡pasa!
Digo dejando el libro abierto encima de la cama y mirando a la puerta

Oigo cómo dice que pase y me quedo extrañado en la puerta. La abro lentamente
¿Mike? No soy Mike...
Suelto sonriente.
Hola hija, digo.

Subo la cabeza y me quedo paralizada. Era la visita que menos me esperaba.
Ho... Hola papá...
Digo fríamente, después bajo la cabeza y sigo con mi estudio.

¿No me vas a dar un abrazo?
Suelto, intentando que estuviera más cariñosa conmigo, cosa que veo que no consigo

Tú ni siquiera fuiste a recogerme a la estación... Así que creo que no te voy a dar nada.
Lo digo todo sin levantar la cabeza del libro

Estaba en un congreso, Mandy...
Digo dulcemente.
Venga, perdóname.
Me siento en su cama.

¿Perdóname?
¿Por qué? ¿Por mandarme a Suiza? ¿Por traerme cuando mejor estaba allí o por querer que me vaya otra vez?
Suelto sin pensarlo. Levanto la cabeza para enfrentarlo

Me quedo paralizado.
Es cierto que quiero que vuelva a Suiza.
¿Ya has hecho las maletas?
Pregunto.

Lo miro cruelmente.
No, y no las pienso hacer.

¿Y se puede saber por qué?Pregunto enfadado y levantando la voz.

Porque no me voy a mover de Manhattan.
Digo
No me voy, papá...

¿Quién ha dicho que no?
Pregunto.
No me gusta que me contradigan, y mucho menos que se me rebele la hija.

Yo...
Digo fríamente.
No me voy a ir, digas lo que digas.
Me quedo mirándolo a los ojos. Siento furia en los suyos pero esta vez no me manda
¿Qué pasa, problemas con mamá otra vez?
Mira, lo que tengáis que arreglar arreglarlo, pero a mí no me metáis en vuestros líos, porque si estáis mal no es por mi culpa, es porque tú no dejas de trabajar y no eres capaz de ver a tu familia ni un segundo.

Y tu no eres quién para juzgarme, señorita.
Me levanto
Quiero ver tus maletas hechas... Mañana sale el avión a las cinco de la tarde.
Salgo enfadado y doy un portazo

¡Como tu digas!
Digo irónicamente. Cojo el libro y lo tiro contra la puerta.
Si esperas que me vaya, la llevas clara.. De mí no te libras tan fácilmente.