Con Jenny en el pub

LLevó a J a un pub-bar donde ponían música negra. La dirigió hacia una mesa alejada, por si acaso tenía mareos pasar desapercibidas. El pub estaba un tanto lleno, pero nada comparado con la discoteca. Sentó a Jenny y se sentó en la silla de al lado.
- ¿Mejor? - preguntó con preocupación.

- Me alegro.
Sonrió ampliamente y se levantó.
- ¿Qué quieres tomar?

Sonrió pícaramente y fue a la barra. Al minuto volvió con dos copas y la dió una.

- Se nota que no lo haces a menudo - dijo y se recostó en el sofá junto a ella - no tienes aguante.
Comenzó a reir tontamente.

La miró con cara de confusión.
- ¿Qué demonios dices, J?

- ¡Eso no es cierto! - dijo enfadada - yo te quiero.

- Por esa regla de tres yo me debería haber suicidado nada más nacer.

- ¿Te estás dando por vencida?

Subió una ceja, sonriendo de medio lado.
- Eso serás - dijo segura de sí misma.

- Imitame - dijo simple.

- Solo imitame - repitió - No tengas nada con chicos que pase del sexo, no confies nada a nadie, no hagas favores si no son en tu propio beneficio, si tienes que pisar a otra para ganar, hazlo.
Sonrió ampliamente y acarició su mejilla.
- ¿Me entiendes?

- Todo el mundo necesita a una amiga íntima - explicó - nadie es capaz de vivir en completa soledad.

- ¿Nate? - preguntó sonriente - ¿para ganar popularidad o simplemente por estar con el más sexy de Manhattan?
La guiñó un ojo, divertida.